… Había una vez una periodista (Carola Zuñiga) que anunciaba la muerte del gran Roberto Gómez Bolaño - que ahora sí, hoy ya está muerto – en un pequeño canal de televisión nacional por cable. Pero no era el famoso comediante que hizo reír a generaciones – y lo sigue intentando como dibujo animado -, sino que nos dejaba el escritor Roberto Bolaño que en ese hito televisivo de ignorancia literaria resuena en el imaginario juvenil - y porque no social – solo por ser erróneamente confundido con Chespirito.
El verdadero mito nacional opacado en está breve cosmogonía llamado Roberto y de oficio escritor, parece no tener una vida tan diferente a otros escritores chilenos. Sin reconocimiento nacional en vida, valorado en el extranjero y prolifico en sus obras. Cerca de cumplir 12 años de fallecido, Roberto Bolaño a crecido en la boca de la academia y el canon, con cátedras magistrales en universidades nacionales y extranjeras, con miles de reseñas y constantemente en las vitrinas de las librerías santiaguinas.
Esta valoración se transforma en la principal forma de espanto y alejamiento de los lectores ¿Seré capaz de leerlo? ¿Tan bueno será si todos hablan de él? ¿Para qué saltar a otro autor si ya tengo a mis regalones? ¿Serán densos y fomes sus libros? Esos bombos y platillos de los profesionales de la literatura, nos causan incredulidad y sobre todo destruyen nuestros deseos.
Ahora valorado por el canon y paradojicamente dentro de las obligaciones del buen leer, nos animamos a dejar la puerta abierta a su obra, dejando la tímidez literaria afuera y arriesgando solo el descubrimiento de literatura de calidad, reactiva y sorpresiva.
Para ello queremos compartir una propuesta para acercarse a este sujeto:
Breves historias de un mismo universo: Una forma inicial es ir degustando poco a poco, nada mejor para esto que sus dos libros de cuentos Llamadas Telefónicas y Putas Asesinas, nos permite leer en el orden que queramos, guiarnos por títulos o su extensión, mostrando diferentes facetas del imaginario del autor.
Bajo fondo: Si somos adictos a las letras con sangre y violencia los mejores serían Pista de Hielo y Una novelita lumpen, el primero un crimen contado a coro y el segundo la juventud alocada y fuera de foco, inspiración para la película Il Futuro (Alicia Scherson, 2013).
Latinoámerica abierta: Si lo suyo es la Historia reciente pero sobre todo las miradas personales de nuestra región en Estrella Distante, Amuleto y Nocturno de Chile, tres personajes narradores en cada uno, nos invitan a descubrir hechos reconditos, marcas y huellas sociales de las dictaduras y movimientos sociales pero desde los cuerpos vívidos.
Elemental mi querido Bolaño: las novelas negras son otra opción, seguir pistas, develar a los malvados y sobretodo quedar como (anti)héroes son las propuestas de Monsieur Pain, El Tercer Reich y Amberes, ojo Bolaño siempre tiene giros de originalidad y podemos llevarnos una sorpresa mayor de la que esperabamos.
Un viaje: Si recuerda a sus profesores/as de lenguaje y algo de lo que hablaban en sus clases, recordará que el viaje es uno de los motivos más usados en la literatura – aunque siempre parece que los libros nos llevan a otro lugar – la invitación al desierto de Sonora mexicano en Los detectives Salvajes nos desafía a un ejercicio de memoria, locura y retratos humanos.
Si se inicia en esté autor piense en la extensión de páginas, los temas y por supuesto sus propios gustos literarios tiene nuestro ABC que no es un orden ideal, sino una guía para perder el miedo a los autores que muchos enarbolan como gigantes y nos parecen – antes de abrir un libro – dificiles y para personas doctas. Nah-Ah. No se equivoque y bienvenido a la Villa Bolaño.
Sebastián Santander
@bibliotank
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