Santiago está llena estos días de futboleros de todas las partes del continente americano, cada uno con la camiseta de su selección aportando color a esta ciudad gris y tan vacía de luz en los últimos días del otoño. Chile acoge la XLIV edición de la Copa América y no vemos mejor momento para analizar esta nueva comunión tan presente y apasionada, y tan extraña a su vez, que ha surgido entre el fútbol y la industria de la moda, entre futbolistas y tendencias.
Como todo en esta vida, el origen de esta unión se debe a un persona, quien hizo de anfitrión y precursor de lo que ya es hoy un presente que mueve millones de dólares en el mundo. Un solo nombre que ya está escrito con letras de oro en la historia del fútbol y, porqué no decirlo, en la historia de la moda; hablamos de David Robert Joseph Beckham: David Beckham. El británico de 40 años ha convertido su nombre en una marca registrada que va más allá del negocio futbolístico; cada peinado, cada oufit o incluso cada tatuaje o cada gesto que haga no tiene más que ser fotografiado y publicado para convertirse en tendencia en cuestión de segundos.
Si viajamos tan solo 20 años atrás en el tiempo es inimaginable pensar en futbolistas siendo imagen de campañas publicitarias de moda o incluso diseñando y agotando colecciones con su nombre. No nos tenemos más que ir a inicios del actual siglo, Beckham en 2001 era elegido por segunda vez Balón de Plata de la FIFA, pero su fama no hacía más que crecer y su cara (y su cuerpo) ya aparecía en muchos más medios que los únicamente deportivos. En 2003 llega al Real Madrid y al año siguiente, el club español, se embolsa más beneficios de la venta de camisetas oficiales con su nombre en el mundo entero que de las entradas de los partidos, el fenómeno no hacía más que nacer. Después vinieron campañas publicitarias y miles de páginas de revistas de toda índole en las que se hablaba de todo menos de su talento con el balón. A día de hoy, lleva dos años diseñando colecciones para H&M, además de ser un rostro frecuente en las semanas de la moda de Londres y Nueva York. No sólo eso, su apellido ya es moda, por lo que sus hijos ya son también moda.
Tras él vino el resto, ya es habitual encontrar a futbolistas y deportistas protagonizar campañas de marcas de moda. El sueco Fredrik Ljungberg protagonizó una de las campañas de ropa interior de Calvin Klein más sonadas de la historia. Leo Messi también ha sido imagen de Dolce&Gabbana. He by Mango, (hoy convertida en Mango man) contó en diferentes temporadas con la imagen de Zinedine Zidane o Gerard Piqué. Y no queda la cosa sólo en campañas publicitarias, el centrocampista español Xavi Alonso ha sido elegido varias veces como un de los hombres más elegantes del planeta, y la entrega de los trofeos europeos al mejor futbolista del año, el balón de oro de la FIFA acapara ya más imágenes en todos los medios por su red carpet que por los propios trofeos. Las marcas saben lo mundialmente conocidos que son los rostros y nombres de los futbolistas y al final y al cabo, el mundo es movido por el marketing.
Y a la estela de Beckham (aunque muy lejos de alcanzarlo en estilo) tenemos a otro caso digno de ser nombrado: Cristiano Ronaldo, el portugués es imagen de múltiples marcas de todo e incluso se atreve con el diseño. Así es la moda y así son los tiempos que corren, o lo eres todo o pasas a ser nada.
Jose J. Burgos