Sin duda Pete Doherty es uno de los íconos de la música más reconocible en nuestros tiempos, siendo centro de escándalos y abusos de substancias los que suelen ser tan llamativos como su particular carrera musical que (seamos justos) ha sido generalmente fructífera cuando Doherty se ha concentrado en hacer algo de música. Con The Libertines y Babyshambles, Pete ha sabido cultivar un sello propio, siendo admirado y considerado como referente musical y estético por diferentes pares y bandas del mismo género. Doherty destaca por esas frases que parecen incompletas y arrastradas, con una voz con toques de ingenuidad y pereza propias del ambiguo imaginario que ha creado Doherty en torno a su figura semi-desnuda en el escenario, besando a su compañero de banda Carl y fuera de él con sus elaborados looks que parecen recién salidos de una de las mejores o peores noches de su vida, pero que en nada opaca su estilo.
Pero no podemos quedarnos solo con la parte musical. En ambas bandas no podemos concentrarnos en solo como suenan, si no que también (nos guste o no) ambas han tenido una estética particular, en donde se nota como el ex de Kate Moss ha sabido sacarle el mayor de los provechos. Con The Libertines y Babyshambles vemos reflejados remanentes propios de la moda victoriana, con diseños de chaquetas militares rescatando elementos de aquella época, otras veces dando paso a pantalones ajustadísimos y chaquetas de cuero con cuello en V, o también vistiendo completamente de luto, con trajes oscuros y corbatas desaliñadas, acompañados de sombreros Fedora y un par de tirantes típicos de los 80.
Pareciera que Pete Doherty con su caminar descompasado, su desgarbada figura, su cara blanca, ojerosa y enferma, ha logrado empapar de sí mismo toda obra que toca. Es conocido que el amigo personal de la difunta Amy Winehouse hace unos cuantos años atrás lanzó su propia línea de ropa para la firma francesa "The Kooples", la cual precisamente era una extensión de todo lo que es Doherty, con la única diferencia es que acá posaba "limpio y sano".
Pete Doherty es así, y la imagen que nos queda en la retina, por más que intente desintoxicarse, es esa: la del tipo desaliñado que usa sombrero, de rostro pálido, caminar errado y dentadura negra, sonriéndole a todos como ese ícono infame que se alza rebelde entre la pulcritud estandarizada: L'enfant terrible.
@mparroowski
Marcelo Parra
